Julio Iglesias: „Soy un gran amigo del tiempo”
7 de Mayo de 2017
Por: Juan Tomás Erbiti, Diario Clarín
Julio Iglesias siempre vuelve. A contramano de sus 73 años y sus dolores de espalda, el madrileño sigue activo, produciendo discos. Porque, como dijo siempre: „El gran privilegio del artista es volver. Pero no con la frente marchita. Volver. Cuando tú quieres volver y te dejan hacerlo, es el éxito”, afirma casi como leitmotiv.
A punto de cumplir medio siglo de carrera, con más de ochenta discos de estudio editados, el dueño del Récord Guinness por ser el artista latino que más copias vendió en la historia acaba de lanzar México & Amigos, su primer álbum de duetos. Y entre los invitados, incluyó a Diego Torres para cantar Usted; y a Andrés Calamaro para el tradicional corrido Juan Charrasqueando. „Andrés lo hace del carajo. Todo el mundo está hablando de ese dueto. En cambio cantar con Diego es una cosa natural, porque tiene esa música metida en el alma y se la canta a su mamá, a todo el mundo”.
El cantante atiende desde Punta Cana el día en que su equipo, el Real Madrid, juega la semifinal de la Champions contra su clásico de la capital, el Aleti del Cholo Simeone. „Tú sabes que iba a hacer la entrevista a la tarde pero cuando juega el Madrid, de verdad que sufro”, confiesa el hombre que antes de ser cantante se formó como arquero en la cantera del merengue hasta que un accidente frustró su carrera en las canchas.
Aunque esa otra vida quedó lejos en el tiempo -lejos en el imaginario colectivo-, Iglesias apela a un lugar común futbolero cuando se le consulta por el retiro: „A mí, la única persona que me va a retirar es la gente”, asegura.
-Este es tu disco número… ¿Llevás la cuenta?
-¿Cuántos? Ya soy un disco rayado.
-Después de tantos, ¿por qué recién ahora un disco de duetos?
-Bueno, surgió la oportunidad de cantar con éstos artistas increíbles; de entender que ellos habían escuchado esta música de sus padres, de sus abuelos, y la tenían en el alma. Yo entendí la música mexicana casi como entendí el tango, respetando la letra y la música. Y a todos les ha apetecido. Nadie canta nada sino le gusta lo que canta.
-Calamaro dijo en la última nota con Clarín que cuando lo llamaste “fue una conversación genial, de mucha complicidad y respeto; de gratitud mutua”.
-Yo he estado con Andrés y con Daniel Scioli a fines del año pasado. Es complicado coincidir con ellos. Pero cuando se juntan, se juntan en esa galaxia donde se juntan los pensamientos, las aptitudes, las experiencias: se junta el amor. Andrés desprende amor por todos lados, es un tipazo. A Daniel lo conozco profundísimamente, y me encantó estar los tres juntos. Me pareció una noche inolvidable, de esas noches para grabar, tan importantes como la grabación del disco. Ha quedado en mi memoria porque son hombres que hablan históricamente, dos campeones del mundo. Nunca mejor dicho.
-Sos uno de los cinco artistas que más discos vendió en la historia, colaboraste con varias leyendas de la música, tenés casi medio siglo de carrera, ¿qué te inspira a seguir trabajando con 73 años?
-En primer lugar, me mantiene vivo. Que algo te mantenga vivo es complicado. 73 años es una edad donde las experiencias acumuladas te pueden llevar a la nostalgia, te pueden llevar a la parte más fea que tiene la edad. Yo me salgo de la nostalgia haciendo cosas nuevas.
-Hablás de nostalgia como algo negativo.
-La nostalgia es volver atrás. Hombre, si le cuentas historias de algo que te pasó a los 30, 40 años, a tus hijos o a un amigo, pues te ríes. Pero estar en la nostalgia por la noche, durmiendo, pensando y repasando… no, no, no.
-El año que viene cumplís medio siglo de carrera. ¿Cómo tenés pensado festejarlo?
-Los cincuenta años los voy a celebrar con mi conciencia, dando las gracias a las gentes. Gracias a la vida, como aquella canción maravillosa. Sabes, nosotros somos dependientes. Somos servidores. Y el que no sabe servir, no saber hacer nada. Yo soy artista y cantante porque esa gente me ha enseñado a serlo.
-¿En qué sentido?
-Yo no era ni artista ni cantante. A lo mejor lo tenía dentro, y ellos me lo han sacado fuera. Normalmente, el artista y el cantante nacen. Yo no. Yo jugaba al fútbol, estudiaba leyes, me gustaban las chavalas como un tonto. Era normal en todo. Y me volví anormal el día que mi cabeza tuvo más fuerza que mi cuerpo. Ahí me convertí en un tío que estaba pensando en por qué me tenía que morir yo tan joven. Esa obsesión hizo que mi cabeza pensara cien veces más rápido que antes. Es decir, todo lo que en mi cuerpo no servía pa’ nada tuvo que ser dirigido a mi cabeza, que cada día servía para más.
-En tiempos de música compartida gratis en las redes, plataformas de música digital y crisis de la industria discográfica, ¿creés que artistas como vos son los que sostienen de alguna manera a las disqueras?
-No lo sé, es muy complicado. No sé mucho entrar en la red social. Uso internet para leer los diez periódicos más importantes del mundo. Y me entero del tiempo, el tiempo es funcional para mí porque le tengo pánico a los aviones. Veo si va a hacer mal tiempo, los ciclones, me muevo mucho por el tiempo. De hecho, soy un gran amigo del tiempo.
-¿Cómo es eso?
-No solamente del tiempo físico, sino del tiempo de vida. Porque he corrido siempre contra él. Pero después me he dado cuenta que es mejor correr con el tiempo para poder decir que no. Porque ya es imposible lo que era posible. Ya no puedo decir que sí a todo. A mí me gustaría hacer 200 conciertos al año, cantar desde las estepas de China hasta Jujuy, o a Ushuaia. Y ya no puedo, porque no tengo fuerzas. Es lógico.
-¿Pensás en el retiro?
-A mí la única persona que me va a retirar es la gente. Como son tantas, espero seguir cantando por mucho tiempo.
Recuadro: Clásicos de amor a la mexicana
México & Amigos es una suerte de secuela de México, disco que Julio Iglesias editó en 2015 como un tributo a la música de ese país y que había sido anunciado como su disco despedida. Pero aquí vuelve a la carga con la misma lista de temas interpretados en conjunto con artistas populares como Calamaro, Diego Torres, Eros Ramazzotti y Pablo Alborán, entre otros. Por ahí se cuela Y nos dieron las diez, tema que canta a dúo con Joaquín Sabina. “Se cuela porque yo creo que es una canción mexicana: Joaquín la hizo como un tequila. Cantar con Joaquín siempre es muy especial porque es diferente, como Andrés”, dice. Y agrega: “He cantado con genios. Omara Portuondo es una señora de 86 años que canta como los ángeles; Plácido Domingo, uno de los mejores cantantes líricos de la historia; Juan Luis Guerra, papá de mucha música; Sin Bandera, unas voces increíbles; Thalía, que es una artistaza. De todos ellos aprendo”.
-¿A alguno costó convencerlo más que a otro?
-No, porque si hay que convencer a alguien para que cante contigo, pues no merece la pena. El amor y la emoción es lo que manda. Y convencer a una persona para que se emocione, no vale la pena.